¿He sufrido una negligencia médica?
Muchas personas a lo largo de su vida creen haber sufrido una negligencia médica, a nivel personal o alguno de sus familiares. Para poder salir de dudas de esta sensación tras una vivencia determinada relacionada con el ámbito sanitario se debe entender el concepto de mala praxis.
La mala praxis valora las actuaciones llevadas a cabo por parte de un profesional, determinando si ha cumplido correctamente con su nivel de responsabilidad. Cuando no se realiza correctamente un acto médico o dentro del ámbito sanitario se puede considerar que se ha realizado una negligencia.
Por lo tanto, cuando un acto realizado por un facultativo produce un impacto negativo en un paciente, pudiendo producir secuelas, se considera mala praxis, existen varios tipos de estas:
Imprudencia
Se entiende cuando se actúa con falta de juicio o sensatez.
Negligencia
Si se produce un descuido, omisión o falta de esfuerzo.
Incumplimiento de Normas
Si se produce una falta de seguimiento del manejo del/la paciente determinado previamente y de manera consensuada por un grupo de profesionales.
Impericia
Falta de destreza o experiencia suficiente para llevar a cabo un procedimiento médico.
Para poner ejemplos prácticos y palpables en la práctica clínica para realizar una valoración de una posible mala praxis, consideramos los siguientes:
Tratamientos equivocados.
Diagnósticos tardíos o erróneos.
Atención inadecuada.
Administración incorrecta de medicación.
Falta u omisión de información al paciente.
No seguir los protocolos exigidos, que resultan en daños o incluso la muerte para el paciente.
Para demostrar una mala praxis siempre será necesario un Informe Pericial. Por lo tanto, si crees que has sido víctima de una negligencia médica podemos ayudarte. Será imprescindible disponer del historial clínico completo para poder realizar un análisis exhaustivo. Explícanos el caso clínico contactando con nuestro equipo y realizaremos una valoración.